La formación Joaquín Pardinilla Sexteto lleva unos años interpretando su especial visión del folklore aragonés por todo tipo de escenarios. El misterio, la gracia y la riqueza de la música tradicional están en el alma del grupo: sobre todo, el sexteto se recrea y se inspira en sus significados, en sus mensajes ocultos, en la evidente riqueza y calidad musical del repertorio popular, en la fuerza de los timbres y los ritmos, en la palabra…

El sexteto busca en los cancioneros, pero también en la arquitectura, en el paisaje, en la literatura, en la misma imaginación: sumergirse en el legado andalusí o mudéjar, en el mensaje de los chicotenes o en el nombre de los ríos. Se convierte así en un crisol, un laboratorio donde los músicos buscan un equilibrio en el que reconocerse y un lenguaje sonoro que aportar en el ámbito de la música de raíz.

Guatizalema sigue el camino trazado por los anteriores discos del sexteto, pero se centra con mayor interés en las texturas que tejen el corazón rítmico de los temas, y que en su interrelación definen el sonido característico del grupo. Hay en este disco una mayor presencia de la guitarra eléctrica y una mayor solidez en la base rítmica, si bien la formación no pierde por eso su habitual sonoridad eminentemente acústica.

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